"Mini Capítulo" 6

Deseaba poder moverme en ese momento, deseaba poder abrir los ojos y mirarla.

-Espero que algún día puedas perdonarme esto- musitaba.

Durante varias horas esuché sus lamentaciones, y luego dejé de escucharla sin estar seguro de quién se durmió, ella o yo.

Estaba caminando en un sendero de la escuela, cuando aún estába el invierno. Mi vista estaba en mis botas cuando repentinamente choqué con alguien.

- Lo siento mucho.- dijo Lily, mientras recogía sus libros.

Yo tomé sus cosas y se las devolví. Ella tenía la tendencia a tropezar conmigo, casi a diario.

-Fue mi culpa esta vez-dije y ella sonrió.

-Bien, fue bueno verte, ahora debo...- decía mientras caminaba.

-No, espera- la detuve, esta era la oportunidad perfecta para decirle- ¿vas a hacer algo esta noche?

-No, estoy libre.

-Quería saber si querías salir conmigo, esto... tal vez charlar y comer algo- se ruborizó, y no era precisamente por que hiciera frío.

- Esta bien, sería genial.

-Bueno, paso a recogerte a tu casa a las 8:00, ¿es una cita?.- le pregunté.

-Claro, es una cita.- y con un beso en la mejilla se despidió.

Todo volvió a ser negro luego de eso, hasta que empezé a sentir mis pulmones expanderse en mi torax y a una pequeña bomba rebotar en mi pecho, pude oler la fragancia de lavandas y pude abrir los ojos, y ver claramente, estaban en un incómodo sofá mis padres y los padres de Mary. Giré la cabeza y a mi lado, estaba Mary, acurrucada en mi constado. Su rostro se veía abatido, pasé mi mano por su cabello y le besé la coronilla de la cabeza.

Moví los dedos de mis pies y con muchísimo cuidado me levanté, no sé cómo pero no tenía ni solución salina ni nada parecido conectado a mí. con algo de torpeza caminé hasta el baño de la habitación, que me pareció muy lejano, cerré la puerta al entrar y me lavé la cara, y al alzar la vista, ví al sujeto que tanto daño me había hecho, yo. Me sentí un completo tarado, prácticamente me había intentado suicidar al tragarme esa cantidad de pastillas.

Salí raudo del baño al escucha a alguien gritar, cuando abrí la puerta mi mamá corrió a donde yo estaba y me dió un gran abrazo.

-Hijo, estás bien, puedes moverte, estás conciente- sus lágrimas se deslizaban por mi espalda y yo la apreté lo más fuerte que pude contra mi pecho- casi muero cuando te ví postrado en esa cama.

Mi papá se acercó a nosotros y nos abrazó a ambos.

-Estás con vida aún...- sus lágrimas goteaban al final de su barbilla- Joey, te amamos.

Logré contener el llanto, luego de poder soltarlos, porque no quería hacerlo, me dirigí a los señores Solé y ellos me abrazaron sin decir una sila palabra.
Fuí a donde se encontraba Mary y ella sólo me rodeó por debajo de los brazos sin siquiera mirarme y yo la aprisioné en un abrazo. Nos quedamos así hasta que llegaron mis demás amigos y no yube más opción que soltarla a Mary para dirigirme a ellos.

-Pensé que no volvería a hablar contigo- Dijo Ainoa dándome un abrazo.

-Casi me matas del susto- susurró Ibeth besando mi mejilla.

-Tonto- dijo Robert, que lloraba y me dió una palmadita en la espalda.

Y Adrian sólo me abrazó con fuerza. Yo no dije una sola palabra, no estaba seguro de poder. simplemente esperé que el médico llegara y cuando porfín lo hizo me mando algunos estudios. En ninguno mostaba daño alguno y afortunadamente pude salir.

Todos estaban felices, menos yo, hubiera preferido morir antes de quedar en coma por el resto de mis asquerosos días.