viernes, 23 de abril de 2010

Entre felicidad y tristeza, Capítulo 4

¡FELIZ DIA DEL LIBRO! Dios bendiga a los escritores, a cada uno de ellos, a los editores, alas librerías, en fin, a todos y todo lo que ponga a nuestro alcance los libros.


Aquí el cap! ^^

- Disculpa Suzanne- dijo con voz de ensueño- se te cayó esto y dejaste tu espejo en el asiento- me puso cerca de la cara mi horario y el espejo de Sherryn.


¿Se dirigía a mí? Tuve tantas ganas de mirar hacia los lados y hacia atrás para ver si era yo esa “Suzanne”. Pero por cortesía y porque estaba tan embobada con su rostro, sencillamente tomé los objetos y él sonrió.
¡Qué linda era su sonrisa! Aunque debo decir que seguía siendo macabra.


Laury se iba a agachar a tomar la bandeja y él rápidamente se la entregó, toda la comida estaba desparramada en el suelo.


-¿Quieres venir con nosotras?- le preguntó Laury mientras me daba su bandeja, él asintió con la cabeza- continúen ustedes, yo… buscaré más comida- nos dio la espalda y se fue.


No podía creerlo, se dirigía a mí, me volvió a sonreír mientras decía- ¡Vamos!- pero su sonrisa ahora era más humana. El escalofrío seguía presente y cuando él se acercó la sensación aumentó. Afuera estaba fresco y nos dirigimos hacia una de las mesas de piedra, estaban en medio de un hermoso jardín. La vista hacia el bosque era maravillosa y en el cielo; las nubes tenían formas de animales, o al menos así lo veía yo. Un lindo delfín, un conejito y… una mariposa con un ala más grande que la otra, Genial.


En el centro del lugar, había una imponente estatua de mármol. Era un caballo que parecía galopar y tenía cinco palomas en su lomo. En este lugar nada parecía tener razón, pero ¿quién soy yo para decir eso? Ni siquiera sabía cómo debería lucir una escuela.
Las copas de los árboles estaban cubiertas de rocío y casi todas las mesas quedaron vacías cuando una ráfaga de viento helado pasó por allí. Hacía mucho frío, pero no me molestaba.


Coloqué la bandeja en la mesa y me senté, él tomó asiento frente a mí, esta mesa tenía tres asiento, las demás sólo tenían dos y entre nosotros, estaba el asiento para Laury.
Agaché mi vista, deseando que Laury llegase pronto. Miré mis dedos y estaban tornándose púrpuras, estaban fríos y me empezaron a doler. Sacudí las manos, me las froté y soplé en ellas para que se calentaran.
Escuché una risa melodiosa.


-¿cuál es el chiste?- le pregunté en tono bajo.


-tú lo eres, niña.- rió más fuerte- no sabes lo tierna que te ves al hacer eso.


Metió su mano e sus bolsillos y me extendió un par de guantes negros
-hazme el favor de ponértelos- me dijo.
Le obedecí de inmediato.


-Gracias- le dije.


-y… ¿qué edad tienes? , te ves pequeña.


-12, ¿tú?- lo miré a los ojos, a esos hermosos ojos.
- recién cumplí 15- sonrió


-¡Felicidades!


-Gracias, aunque no es necesario.
Bueno, no sé si era idea mía, pero creo que acababa de entablar una conversación con un chico que no era de mi equipo de natación… ¡Sí!


-lo lamento- se golpeó la frente- qué descortés soy- entre sus labios las palabras se deslizaban con cuidado, muy sofisticadamente-mi nombre es Kristian Risengaard.


Me tendió la mano y se la estreché.


-Mucho gusto.


-El gusto es todo mío.


Luego de eso, miró hacia los árboles ignorando por completo mi presencia y apareció Laury, que ya empezaba a brillar por su ausencia.


Puso mi bandeja y yo le entregué la suya. Me trajo jugo de mango, dos barras de cereal y moras azules.


-Lo siento, era todo lo que quedaba- me dijo ella.


-no te preocupes- le agradecí con una sonrisa.


Empezamos a comer, bueno, ella. Yo sólo observaba, disimuladamente, a “Kristian”


-Entonces, tú… ¿no comes?- le preguntó Laury secamente.


-No tengo ganas ahora, pero gracias por tu visible preocupación- él le sonrió- por cierto, soy Kristian. No me presenté.


-Soy Laury Saxon- se dieron la mano.


Cuando terminamos de comer, y él de mirar a los benditos árboles, regresamos al aula de clases, el resto de la jornada pasó muy rápido y ni me percaté cuando sonó la última campana.
Con la mochila salí del aula cuando estaba casi vacía, sólo quedábamos Laury, Kristian y yo.


-Nos vemos mañana chicos- les dije


-hasta mañana- dijo Laury y salió del aula.


-Nos vemos mañana, pequeña.- dijo Kristian, muy cerca de mi oreja, hizo que mi cuerpo y el suyo se rozaran, me miro con sus exquisitos ojos y salió del aula.




Al llegar Martin, nos dirigimos a una chocolatería para comprar los bombones de mamá y él me permitió tomar uno, regresamos a la carretera y recordé todo lo vivido en mi primer día en una escuela. Llegamos y bajé del auto con la mochila de una tonelada de peso. Corrí hasta la sala y allí la dejé. Troté por las escaleras y al final del pasillo, estaba la puerta, la abrí y grité


-¡No sabes lo que sucedió!


Pero recordé que y no estaba, mi hermana estaba muerta, ella no vivía más en mi casa. Ella no estaba, por mi culpa, no estaba.
Su habitación seguía intacta, fui a su cama, me acosté en posición fetal y lloré amargamente.


-Sherryn-susurré- ¿dónde estás?







2 comentarios:

  1. Oh Nicuu, este capítulo estuvo increíble. Me dejaste con toda la intriga de saber cómo sigue... así que espero que no te demores con la continuación, jejeje. Felicitaciones puesto que vas muy bien.

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  2. wow
    nicu esta suuuper el cap
    pobresitaaa
    q feoo :(
    pero bueno asi es la vida ...
    bueno pues antes de q me ponga sentimental me voii hahaa
    DTB
    Manu

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