Entre felicidad y tristeza cap 5 (Parte 2)

-Esta bien- caminé con ella hasta el auto y le pedimos a Martin que nos llevara a… no sé dónde, ella sólo lo miró y el asintió.


-Suzanne, yo no soy la más indicada para decirte algo, pero sabes que te quiero mucho, como la nieta que no tengo y … bueno, a eso quiero llegar.


-¿Qué sucede?- le pregunté al ver que sus ojos se enrojecían


-Te lo contaré cuando lleguemos ¿si?- se acercó más a mi- ven , recuéstate de mi hombro, que este recorrido nos tomará un tiempo.


No recuerdo nada más después de cerrar los ojos , sólo el olor a chocolate que tiene mi nana…


Abrí los ojos, estábamos en una casa muy antigua, tenía un jardín enorme y un pórtico lleno de enredaderas, las ventanas estaban limpias, aunque se veían añejas. La puerta estaba abierta de par en par y en la penumbra había un gato blanco, tan blanco como la nieve que amenazaba con caer. El aire gélido me quemaba los pulmones y luego noté la presencia de mi nana y de Martin… ¿cómo salí del auto y estaba de pie? Ni idea, pero lo estaba.


-Querida… esta es…- empezó a decir mi nana- esta en la casa de mi madre, ahora sólo viven aquí los nuevos dueños, que son los hijos de mis primos segundos… ellos son, los que caminan por aquel balcón.- Dijo señalando uno de los tres balcones que tenía el lugar…


-¡Qué linda casa!- le dije.


-Sí, tengo muchos buenos recuerdos, pero también tengo algunos no tan placenteros, querida.


.¿por qué lo dice?- pregunté


-Mi hermana gemela- Dijo sonriendo- murió allí- Señaló un roble que tenía un columpio.


-¡Oh!- Exclamé.


- Y mi primer hijo también falleció en ese mismo lugar.


Se me partió el alma al escuchar eso, el corazón se me hizo trizas, miles de millones de trizas y pensé que tal ves, no era exactamente alguien desdichada. Porque si ni nana, siendo tan buena sufrió tanto y no es para nada desdichada, ¡por qué tengo que ser yo desdichada? si soy afortunada al tener a la señora Kerrie y a Martin conmigo… y a Sherryn, a ella la tengo conmigo, en un lugar de mi corazón